Tuesday, July 19, 2016

¡Y de nuevo “venimos a contradecir”[1]!

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Gladys Tzul Tzul[2]
Socióloga k’iche’.

Sí. Es tan vivo y presente ese “venimos a contradecir”, que era la frase que daba inicio a varios de los alegatos de las comunidades para recuperar sus tierras y para pedir que los criollos no las invadieran en plena época de la colonia española. Con mas de cinco siglos de perdurabilidad y consistencia las estructuras de gobierno comunal del norte de Huehuetenango siguen contradiciendo y defendiendo sus territorios. Fueron las mujeres y hombres de Santa Eulalia, Barillas, San Juan Ixcoy y San Mateo Ixtatán quienes dieron aviso a otros territorios indígenas que una embestida de despojo de tierras se venía contra las comunidades; hábilmente y con su estrategia comunal de deliberar y de producir discursos y prácticas políticas convocaron a consultas comunitarias para contradecir al modelo extractivo; se declararon territorios libres de minería; organizaron la resistencia y con ello fueron dando cátedra de cómo los pueblos se unen para defender territorios comunales y para defender el agua.  

Lo que ha sucedido en Huehuetenango en estos últimos años da para escribir crónicas y análisis de como las comunidades responden a la represión,  ha habido historias de muertes de maestros, de cierre de radios comunitarias, del encarcelamiento de autoridades comunales, de mucho dolor por la persecución de sus seres queridos.

Historias de q’anjobales ante un tribunal explicando que no han cometido delitos y  que lo que han hecho es defender la vida y el territorio porque así se los han encargado quienes los nombraron en asamblea; de mestizos que se unieron a las autoridades comunales para  defenderla vida; de esposas que sostienen la lucha en las comunidades.

Poco importaría la escritura, si esta tuviera efectos verdaderos de interrumpir la muerte, de liberar a los presos políticos, de evitar la construcción de hidroeléctricas, y de que las instituciones estatales no subordinen a las autoridades comunales.  

Si de algo sirve la escritura, que sea para apoyar el histórico acto de contradecir.  Por ello propongo tres puntos desde los cuales el juicio contra las autoridades comunales del norte de Huehuetenango exhiben el anquilosado corsé de la prolongada colonia en la república guatemalteca,  corsé al cual las comunidades responden y contradicen.  

 a) Venimos a contradecir que los niñxs no son violentos, como se atrevió a decir una testigo que presentó el Ministerio Público para acusar a los presos políticos del  territorio q’anjobalano. Lo contradecimos porque somos hijxs de mujeres y hombres que día a día trabajan dignamente, de familias que desde tiempos inmemorables cuidan y cultivan los territorios comunales; aprendimos con nuestros padres y madres una serie de estrategias para organizar la vida en colectivo y para resistir a los despojos. Nuestra escuela política fueron las asambleas comunales, ahí comprendimos que las tensiones se tienen que regular y se equilibran al calor  de las amenazas;  que el trabajo comunal produce riqueza concreta: las fuentes de agua, los ríos, los caminos, las montañas y las fiestas, entre varias más.

Somos comunidades que hemos logrado conservar nuestras tierras  donde hoy día las empresas quieren poner sus hidroeléctricas. Nuestra política comunal hace posible nuestra vida, pero también hace posible la vida de varios cientos de miles más. Las montañas que cuidan en el norte de Huehuetenango surten de agua a gran parte de la población de Guatemala, incluyendo a las personas que osan decir que a los niños  son violentos.

b) Venimos a contradecir, al ministerio público. Las autoridades comunales no son agitadores. Son autoridades comunales y su función es defender el territorio. Haciendo una reflexión de corte histórico podemos nombrar que una de las funciones más importantes de las autoridades se puede resumir de la siguiente manera: “eran responsables de preservar la integridad territorial de sus comunidades frente a las incursiones de haciendas y otros pueblos”[3] No hay disociación entre autoridad comunal y asamblea comunal. Una no existe sin la otra y viceversa. Ser autoridad adquiere un carácter de obligación por vivir en comunidad. Las autoridades comunales encarnan la voluntad comunal, pero al mismo tiempo, éstas se encuentran sujetas a las decisiones de las asambleas comunales[4].  Son las comunidades con sus autoridades quienes por siglos se han hecho cargo de regular la vida comunal y con ellos han aportado al país. Todxs sabemos que donde  hay presencia de autoridades comunales, hay menos conflictos.

c) Venimos a contradecir, a las instituciones de justicia estatal del norte de Huehuetenango. Las autoridades comunales no boicotean a las instituciones estatales. Así lo testimonian los presos políticos, que manifestaron que su función es intermediar y coordinar con los representantes del Estado. Una de sus principales funciones es reducir los conflictos y los enfrentamientos. Las autoridades comunales permanentemente busca la coordinación de actividades, sino, no podríamos comprender que hayan logrado su pervivencia en el tiempo.

Aunque casi todo el tiempo tienen que lidiar con la subordinación de los funcionarios estatales, quienes muchas veces hacen gala de su explícito racismo. Muchos de nosotros sabemos que mientras las autoridades comunales son nombradas y designadas en asambleas, que son cargos honorarios de mucha responsabilidad y que tienen la obligación de conocer y respetar el funcionamiento de la estructura de gobierno comunal así como de las instituciones estatales.  Al contrario, los operadores de justicia del norte de Huehuetenango no tienen ni el mínimo conocimiento del contexto histórico donde trabajan, muchas veces son gente sin experiencia y que tratan con mucho irrespeto a sus usuarios. O, varios de ellos, aún y conociendo de las texturas histórico-políticas de los pueblos donde trabajan, deciden seguir el juego estatal y se hacen cómplices de subordinar a sus hermanos. Mientras las autoridades se acercan para hacer coordinación. Estos les responden con el desconocimiento y la represión.

Así pues, el destino que tengan los presos políticos del norte de Huehuetenango, marcará el rumbo del antagonismo entre comunidades indígenas y estado guatemalteco. Así de radical. El tribunal tiene la oportunidad de comenzar a hacer justicia, de liberarse del espíritu criollo que funda el  Estado guatemalteco. 

Rigoberto Juárez Mateo, Domingo Baltazar, Ermitaño López, Adalberto Villatoro, Arturo Pablo, Francisco Juan, y Mynor López. Aquí afuera los estamos esperando.

¡Libertad a los presos políticos!



[1] Tomo este extracto del título del libro de Arturo Warman, que estudia las luchas de los campesinos  del estado de Morelos, en México que reclamaban  sus tierras.  El Título del Libro se deriva de las palabras mismas  de los campesinos. 
[2] Agradezco a  Simón Antonio. Ramón Por invitarme a escribir para FGER. y noticiero Maya K’at.
[3] Tzul Tzul, 2016.  Sistemas de gobierno comunal indígena. Mujeres y tramas de parentesco. SOCEE. TZ’I’KIN  y Maya Wuh.
[4] Este punto se encuentra explicado en el peritaje que presente ante el juzgado de mayor riesgo en el juicio contra los presos políticos de Huehuetenango. 

Thursday, April 21, 2016


Ancestras Mayas Protectoras del Agua

Kaqapaloja’
Agua Roja del Mar o Agua que cae de lo Alto
Chomija’
Agua Copiosa o Agua Hermosa
Tz’ununija’
 Colibrí de Agua
Kak’ixaja’
 Guacamaya de Agua

Estos maravillosos nombres vinculados al agua, dichos en idioma K’iche’,  
nombran a nuestras ancestras, las primeras cuatro mujeres,
que junto a los primeros cuatro hombres,
dieron origen a los Pueblos Grandes y a los Pueblos Pequeños
que poblaron las cuatro esquinas del universo Maya.

El Popol Wuj, libro universal y sagrado de la gente Maya,  
nos recuerda que el maíz y el agua están unidos en el origen mismo de la vida,
como también lo están la tierra, el cielo, el aire y el fuego.
No se puede alterar, sin consecuencias, el equilibrio del orden cósmico,
porque acabar con el agua, significa ponerle fin a la vida.

Por milenios, nuestras ancestras Kaqapaloja’, Chomija’, Tz’ununija’, Kak’ixaja’
que simbolizan el corazón de los ríos, mares, lagos, lluvias, cascadas, arroyos
han corrido y danzado libremente con el curso de la vida,
pero ahora están siendo apresadas, estancadas y envenenadas en nombre del progreso.

La avaricia, la miseria y la violencia de poderosos empresarios y gobiernos,
es igual a la de los primeros colonizadores; no desean entender el ciclo de la vida;
se dejan encandilar por el brillo del oro para no ver el fondo de la destrucción que ocasionan.  

Por eso, invocamos ahora a nuestras ancestras, las protectoras milenarias del agua,
que habitan en cada una de las mujeres contemporáneas,
quienes han dado su vida por defender el agua, el territorio, la vida.
Saludamos a nuestras ancestras Kaqapaloja’, Chomija’, Tz’ununija’, Kak’ixaja’
que viven en  las mujeres y hombres, niñas y niños, ancianas y ancianos
que desde las cuatro esquinas de este universo y desde los cuatro pueblos que habitan el país
participan en la gran marcha y confluencia por la defensa del agua y de la vida.

 Aura Cumes con inspiración en Taller realizado con Puente de Paz, Ixcán Quiché Guatemala, 22 de abril del 2016.

Saturday, March 5, 2016

Las q’eqchi’s de Sepur Zarco:
voces que nos hace justicia a las mujeres[1]

Gladys TzulTzul
Maya k’iche’de Chuimeq’ena’, Guatemala.
Socióloga.

En honor a Bertha Cáceres, compañera Lenca que fue vilmente asesinada en Honduras.
I.
De nuevo las voces q’eqchie’s de las 15 mujeres de Sepur Zarco nos interpelan y emocionan a las comunidades indígenas y a la sociedad guatemalteca en general. Ellas, con sus testimonios narraron con gestos indignados los mecanismos de como funcionó la guerra en Guatemala, de ahí que nos queda claro que la esclavitud sexual y doméstica de las mujeres es piedra angular para querer someter a las comunidades y despojarles de su territorio.

Las palabras que salen desde Sepur Zarco nos alcanzan y nos hacen justicia a las mujeres indígenas y las del mundo en los siguientes términos: primero porque su presencia en el Tribunal de Mayor Riesgo A, nos muestran que después de 30 años ellas tienen la fuerza y el coraje para denunciar y exigir que nunca más se repitan la esclavitud sexual y doméstica; segundo porque a pesar del dolor han generado estrategias comunales para hacer posible la vida de ellas y de sus comunidades; si lo que la guerra buscaba era exterminar a las tramas comunales que luchaban por la tierra, no lo logró completamente, pues las mujeres son la muestra viviente de que la lucha comunal por la tierra y por la vida es actual. Y finalmente porque sus cuerpos y sus voces que día a día estaban en el tribunal resquebrajaron los imaginarios acerca del supuesto “sometimiento en un mundo casi oscuro sin amor, sin afecto y sin placer en el que vivimos las mujeres indígenas”, tácito consenso que comparten los sectores conservadores con los progresistas,  contrario a ello, nostrxs con mucha emoción casi tanta como la indignación nos encontramos varias generaciones de indígenas en los pasillos de las torres de tribunales, y en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia para escucharles a ellas y para llorar de rabia cuando ellas lloraban debajo de sus rebozos al recordar la muerte de sus esposo y de sus hijos a quienes seguramente amaron intensamente. –Éste es un punto de polémica con varios articulistas en Guatemala, me referiré más adelante a ello-.

Pensemos simbólicamente: así como ocurrió cuando las comunidades ixiles sentaron en el banco de los acusados a Ríos Montt y a Rodríguez Sánchez, se puso al revés la estructura jurídica, porque llegamos las comunidades en calidad de acusadores de los militares y no a defendernos de ellos; vale la pena decir que justo por esos días en la misma torre de tribunales, estaban frente a una juez los presos políticos Rigoberto Juárez y Domingo Balatzar[2]acompañados de sus esposas. Entonces, Sepur Zarco fracturó efímeramente ese orden simbólico del estado colonial que criminaliza a los indígenas. Fracturarlo con más perdurabilidad es una tarea pendiente, es posible, así los muestra la herencia que nos dejan las mujeres de Sepur, de las ixiles y de las miles y miles de mujeres que lucharon contra el reclutamiento forzoso de sus hijos y buscaban a sus esposos, como doña Rosalina Tuyuc de CONAVIGUA –Comisión Nacional de Viudas de Guatemala-o a las que organizaron el refugio en México como doña María Guadalupe Domingo de Mamá Maquín -organización de mujeres que luchan por la tierra en la región de Huehetenango-.

II.
Después de celebrado el juicio se exhibió con mayor claridad la triada: despojo territorial-esclavitud sexual y doméstica-formas de resistir y de gestionar la vida. Ésta triada puede dar luces para comprender desde otro lugar la lógica que operó en el periodo de la guerra guatemalteca; y son justamente las mujeres de Sepur Zarco quienes nos dotan de luz para ello.  

Quiero proponer otra voz para comprender el esquema de la guerra desde el punto de vista de las mujeres, y es el que nos presenta Silvia Federici, cuando analiza que para establecer el sistema capitalista, fue preciso jerarquizar, someter y matar a miles y miles de mujeres; dice Federici que en la edad media se lanzaron una serie de ofensivas contra las mujeres para debilitar el conjunto general y con ellos lograron despojar de las tierras a las comunidades campesinas de la Europa medieval. La violencia de la matanza de estas mujeres y de esas comunidades en la edad media, es comparable a las masivas campañas de tierra arrasada que ocurrieron en las comunidades indígenas en Guatemala, y como ya evidencian los testimonios, los huesos y las osamentas de Sepur Zarco.

“Un ejército no funciona si no hay quien hace de comer y quien le hace sexo” me dijo Silvia en una conversación que sostuvimos en noviembre de 2015 en Puebla, México cuando se refería la violencia ejercida hacia las mujeres en Kenia por el ejército de Boko Haram. Con más claridad y cargadas por más de 30 años de luchas las mujeres q’eqchi’s confirman este argumento cuando dijeron: “Cuando nos violaban, nos ponían una arma en el pecho y nos decían: en vez de patrullar tenés que hacer esto”;  “Nos obligaban a cocinar y a lavar la ropa”, y “Mis hijos no tienen  tierra para vivir y sembrar”. Hay una concatenación entre la tortura sexual y el despojo  de las tierras de las familias y las comunidades, porque ahí estaban los cuarteles ocupando territorios.[3] Pero no perdamos de vista ni por un segundo que ante estas embestidas de violencia, las mujeres entre ellas misma desarrollaron maneras de vivir y de seguir la vida; seguramente que entre ellas mismas y en alianza con algunos hombres de su familia lograron gestionar la vida después de la muerte de sus esposos. De lo contrario no se explicarían su vida actual. ¿Cómo analizan ellas las actuales luchas por la tierra en el Valle del Polochic? ¿Cómo han participado en las  marchas que reclaman la restitución de tierras?, seguramente varias de ellas también participan activamente en esas luchas. Sin duda la fuerza de las luchas en Las Verapaces y del Polochic contra la devastación de los bosques, las que piden la expulsión de las empresas que contaminan el Lago de Izabal, o quienes quieren expulsar a la compañía petrolera, son alentadas por ellas. Las luchas de las comunidades en esos sectores siguen siendo potentes, porque lo que buscan es conservar y controlar los medios de vida.

III.
Imagina que nunca conociste el amor. Imagina que los noviazgos no existen. Que nadie jamás te explique qué es la menstruación, o cómo se produce un embarazo. Imagina que alguien extraño llega a “pedirte”, que da dinero a tus padres a cambio de “poseerte”. Imagina que para lo único que te han educado —sin saber leer ni escribir— en toda tu vida es para ser “esposa” pero no hay quién te indique lo que eso implica. Nadie tampoco te explicó cómo tener sexo —lo básico de un coito— y entonces, desde el matrimonio, te violan, te duele. Tu rol social, el único posible es ser la “esposa de alguien” que te mantiene, que te da ropa, comida. Imagina que ese es el status social, la mayor aspiración de toda tu vida. Imagina entonces que llegan los soldados, te esclavizan y te violan, y de tajo desaparecen todo aquello en lo que has creído”. Así dice un extracto del polémico reportaje escrito por Oswaldo Hernández, titulado “La Justicia de los Perrajes” publicado en Plaza Pública un día después de que se leyó la sentencia; si bien el periodista comienza de manera enfática diciendo que no son mujeres débiles porque sólo mujeres fuertes pueden llevar a juicio a los militares; sin embargo cuando llega al punto denominado “Ser mujer en el Valle del Polochic”, Hernández queda inscrito en el imaginario que varios sectores, incluyendo los progresistas tienen sobre la vida de las mujeres y los hombres indígenas en las comunidades. El extracto que coloque al inicio de éste acápite inocente e ignorantemente clausura toda posibilidad de amor, sensualidad, erotismo y cálculo político de las mujeres indígenas. Dicho fragmento del reportaje fue de los más compartidos en las redes sociales, y no desde una posición crítica. Me pregunto acerca del objetivo del reportaje ¿Ese fragmento fue pensado cómo crítica, cómo apoyo a las luchas de las mujeres? ¿Qué  respondemos ante tal agresión? Hago uso de las ideas de Kati Bethancourth Machoa, dirigente kichwa de la amazonia ecuatoriana, cuando en una entrevista que sostuvimos en Quito, en donde ella analizó la situación de los presos políticos en pleno levantamiento indígena del 2015 “Nosotras estamos movilizadas por la indignación, por el dolor y por el amor, pues como madres, esposas, o hijas hemos realizado acciones puntuales para sacar a nuestros hermanos presos”. Las palabras de Machoa nos presentan un universo de lucha que también es movilizado por el amor, que también es posible porque hay sentimientos de amor en juego.

Otro punto para contradecir al reportaje son las experiencias de muchas mujeres indígenas que  conversan entre ellas mismas acerca de sexualidad y erotismo, esas conversaciones  claro que no se desarrollan en talleres de sexualidad que llegan de la ciudad a querer interrogar a las mujeres; esas conversaciones suceden para animar el trabajo cuando las mujeres  -nuestras madres, tías- cocinan para las grandes fiestas, o en el día de lavado de ollas después de tres días de fiesta; por lo menos esa es mi experiencia y la de muchas que coincidimos que fue mediante ese lenguaje locuaz y juguetón que aprendimos sobre sexualidad, sobre el coito, sobre la seducción. Acotemos a las mujeres de Sepur Zarco, pues es claramente un acto de amor así mismas que sigan buscando justicia para que se resarza el daño  que sufrieron, es un acto de amor que después de 30 años sigan buscando justicia por la muerte y desaparición de sus esposos  y su hijos ¿Acaso no es eso un acto de amor? El párrafo en cuestión que las mujeres no sienten nunca amor y que fueron vendidas por sus padres a desconocidos no logra sostenerse cuando con lágrimas en los ojos  reclaman que se haga justicia por sus esposos. Si estas mujeres no tienen amor, ni placer, ni deseo ¿De dónde sacarían la fuerza que tienen para seguir la vida tal fuerza como para interpelar a la historia de Guatemala?  ¿Por qué buscarían a un hombre al que ella fue vendida en contra de su voluntad?

No deja de sorprenderme que Hernández no tome posición crítica, pues dicho periodista se ha caracterizado por acompañar solidariamente las luchas de las comunidades con algunos de sus escritos. Lo que deja claro su reportaje es que hay que hacernos cargo de las representaciones que solo pueden mostrar la miseria de las mujeres, hay que poner especial cuidado sobre las tónica de cómo escribimos sobre las luchas de las mujeres. Que reproducen la estructura de privilegio racial  de que unos escriban sobre los otros.  En todo caso las mujeres de Sepur Zarco nos liberan de esas representaciones miserabilistas.  Su fuerza es innegable.

IV.
“Que no se repita nunca más” ése es el sentido común más o menos generalizado. Que no se repita nunca más la esclavitud sexual,  que no se ejerza violencia sobre el cuerpo de las mujeres; pero eso no está garantizado. ¿Por qué?  Porque política extractivista del Estado Guatemalteco sigue impulsando proyectos de minería a cielo abierto, de hidroeléctricas y de geotérmicas, esos proyectos ponen en un esquema de agresión  abierta contra las comunidades que defienden  su territorio comunal. Basta ver lo que está ocurriendo en San Mateo Ixtatán, donde se han instalado dos nuevos destacamentos militares ¿Para qué instalar dos cuarteles militares? Las comunidades saben que es para garantizar el establecimiento de la hidroeléctrica. Pensemos también en lo que sucedió en agosto de 2014 en la Comunidad de Monte Olivo, cuando  hubo ocupación militar y policial, que obligó a desplazar por la fuerza a las comunidades y la ejecución extrajudicial de tres comunitarios y meses antes ya había ocurrido el asesino de dos niños. Lo que está en juego es la disputa territorial entre comunidades y la instalación de una hidroeléctrica.  Pero en medio de esas luchas las mujeres indígenas no descuidan flancos, se hacen cargo de su cuerpo, así como de sus seres queridos. Lucha por el  territorio-cuerpo-tierra dicen las mujeres xincas para referirse a que se han defender el territorio junto con el cuerpo y que no hay  una posible disociación de ello.

Sirva este texto para agradecer la experiencia y la fuerza que nos dan y heredan las mujeres de Sepur Zarco que siguen luchando por producir memoria, porque ella nos alertan de que no tiene que volver a repetirse ni el despojo de tierras, ni la violencia en los cuerpos. A ellas, las que en las marchas del 8 de marzo no se pondrán prendas de color lila, porque lucirán sus elegantes y coloridos güipiles. Sirva también para mandarle fuerzas a la comanda Néstora Salgado y las demás presas políticas. Acabo este texto con el dolor de saber el asesinato de nuestra compañera Berta Cáceres. Ella vivirá en el corazón de las luchas.

Chuimeq’ena’, Guatemala 3 de marzo de 2016.



[1] Una primera versión de este artículo fue publicado en la revista Desinformémonos.
[2] Justo el día que dictaban la sentencia condenatoria de los militares por el caso Sepur Zarco,  en la misma torre de tribunales, estaban  frente a una juez las autoridades del gobierno plurinacional don Rigoberto  Juárez y don Domingo Baltazar, encarcelados desde marzo del 2015.
[3] Este sentido también queda recogido en el peritaje de la antropóloga Rita Segato, quien participo como perita experta durante el juicio.  

Tuesday, September 22, 2015

Asesinato de don Sebastian Sajic

 Principal de Principales en Cotzal


Por G. Batz


Durante la mañana del viernes 11 de septiembre de 2015, el líder indígena Sebastián Sajic Córdova de 68 años fue brutalmente asesinado por desconocidos. Don Sebastián regresaba a su casa en la aldea San Antonio Titzach, cuando los agresores lo asesinaron con un machete. El acto violento dejó a la población de Cotzal en completa consternación y luto. Al momento, las autoridades ancestrales Ixiles y las comunidades de Cotzal demandan justicia al Ministerio Publico y las autoridades locales para esclarecer este crimen. Concepción Santay Gómez, Alcalde Indígena de Cotzal condenó el asesinato de don Sebastián comprendiéndolo como “un atentado…directamente contra la población y contra la Alcaldía indígena de la Región Ixil.” Don Sebastián fue un Principal de Principales de las autoridades ancestrales en la municipalidad de Cotzal, que forma parte de la región Ixil. Él fue un Guía Espiritual Maya muy respetado, un sobreviviente del genocidio durante la década de 1980 por el conflicto armado interno en Guatemala (1960-1996), y uno de los testigos del caso de genocidio contra los oficiales militares que ejercieron cargos durante esa época. También estuvo involucrado en la defensa del territorio y de los recursos naturales, especialmente contra los megaproyectos extractores como las hidroeléctricas y mineras presentes en el área. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos –OACNUDH ha condenado la muerte de don Sebastián. En Guatemala, muchos líderes indígenas y defensores de derechos humanos son constantemente perseguidos y propensos a la violencia. La pérdida de don Sebastián es un golpe al pueblo de Cotzal que ha sufrido una larga violencia estatal y militar, especialmente durante el conflicto armado interno y recientemente durante la lucha contra la construcción de la hidroeléctrica Palo Viejo. Juana Cordova, miembro de la Alcaldía Indigena de Cotzal dice “para nosotros él es importante, es una base muy fundamental para nosotras como jóvenes y señoritas  y también…es un base, es un pillar muy importante sabiendo que es la biblioteca de nosotras… él tiene mucha historia y también es el testigo del genocidio…es un líder bien importante”. El 16 de septiembre, la Policía Nacional Civil capturó a Gabriel Cruz Gómez de 20 años por el delito de homicidio y se sigue investigando el caso. El asesinato de don Sebastían es un nuevo golpe y una gran pérdida para el Pueblo Maya, pero su muerte no quedará en vano, pues su valentía y dignidad se han encarnado en la memoria de las nuevas generaciones, que seguirán sus pasos. Descanse en paz don Sebastian.  














Wednesday, August 26, 2015

No más violencia contra el Pueblo Maya y Campesino:

Un llamado a la CONIC y al Gobierno de Guatemala:


Dados los últimos acontecimientos que se viven en el país, existe temor porque las altas esferas del gobierno hagan uso de sus perversas alianzas con sectores y dirigentes sindicalistas, indígenas y campesinos, para movilizar a hermanos y hermanas campesinos e indígenas en todo el país, y con ello desatar un clima de confrontación contra quienes hemos venido manifestando pacíficamente, y lo seguiremos haciendo. En varias comunidades circulan preocupaciones porque se ha sabido que lideresas y líderes indígenas del área rural, han sido intimidados por personas que se identifican como integrantes de la CONIC y que a la vez realizan campaña política a favor tanto del partido Líder como del Patriota. La intimidación va encaminada a evitar cualquier forma de crítica local al gobierno de turno.  

Hacemos un llamado a los integrantes de la CONIC, a los sindicatos afines al gobierno y al gobierno mismo, para que eviten incurrir en su fuerza de manipulación y de confrontación que pueda colocar en riesgo la vida de mujeres y hombres, niñas y niños, tanto de áreas rurales como urbanas. Tenemos temor especialmente por la vida de hermanas y hermanos indígenas y campesinos porque la historia nos ha mostrado la terrible facilidad con que se nos asesina y masacra en este país. Esto es posible porque aquellos que se arrogan el poder de matar, encubren y justifican sus acciones en el hondo desprecio racista por la vida de las y los indígenas.

Por lo anterior, responsabilizamos al gobierno de Guatemala, al Ministerio de Gobernación y hacemos corresponsables a los sectores sindicalistas, indígenas y campesinos aliados al gobierno actual, de cualquier evento violento que ocurra en contra de quienes participamos de las manifestaciones pacíficas, tanto en las áreas rurales como urbanas.

Rechazamos cualquier forma de violencia, de manipulacion y de desprecio por la vida, y exigimos que se detenga cualquier intención de derramamiento de sangre. 

Monday, June 1, 2015

Hermana Rigoberta

Aura Cumes[1]

Empiezo diciéndole “hermana Rigoberta”, haciendo mía esta frase de cercanía, que la estudiante Ana Gatica[2], de un pueblo Nahuatl de Guerrero, México, usó para interrogarla, luego de que usted instara al voto, en un evento sobre “Democracia y Cultura de Paz”.  Esto ocurrió a la vez que usted “exhortara” a los padres de los estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos, “a no ocultar la verdad”, en una conferencia del Instituto Nacional Electoral (INE)[3]. Según declaraciones de los medios de comunicación mexicanos, usted llegó invitada por el INE para promocionar la democracia y el voto en México, como visitante extranjera. Sin embargo, tal promoción ha sido recibida por diversas organizaciones como otra imposición más, de un gobierno que desde sus inicios ha dado muestras de ineptitud, y usado desmedidamente la violencia para aplacar la crítica y las propuestas venidas de distintas iniciativas del pueblo. Hay rechazo porque se está forzando a la población, en este caso, de Guerrero, a votar cuando se tiene a candidatos sospechosos de participar en la desaparición y asesinato de jóvenes, y cuando las autoridades se niegan a escuchar las demandas de un pueblo que exige la pronta aparición de los estudiantes de Ayotzinapa.

A tal grado ha llegado la imposición de la “democracia”, que directivos del INE han dicho públicamente que no se dejarán “chantajear por un grupo de inconformes” que “pretenden impedir el desarrollo de los procesos electorales”, típico discurso de los caudillos latinoamericanos. Más aún, el presidente del INE, Lorenzo Córdova ha sido sorprendido ridiculizando a los Pueblos Indígenas[4], como puede escucharse en una grabación ampliamente difundida. En este contexto y con estas evidencias hermana Rigoberta, ¿por qué legitimar con su imagen a quienes desprecian a los Pueblos Indígenas y han querido someternos y exterminarnos? Por eso, comparto la indignación de esta joven que le dice: Hermana Rigoberta. Admiro su lucha, que hemos estudiado en varios momentos, yo junto con otros colegas. Admiro que esté aquí y disculpe esta pregunta, no sé cómo nos pueden llamar a votar… como pueden pedir mi voto… Mientras comparte las poderosas razones para no votar, narrando como desde el 26 de octubre del 2012, al 30 de mayo del 2015, puede contar cincuenta jóvenes desaparecidos y algunos asesinados, sigue diciendo, señora Rigoberta Menchú, la indignación y la rabia no se pueden acabar y sé que usted lo entiende. Usted lo entiende por la dura experiencia que le ha tocado vivir en tanto indígena. Frente a la solicitud suya de pedir un minuto de silencio por los desaparecidos, Ana Gatica, es contundente en decirle, que si se hiciera un minuto de silencio por tantos desaparecidos y asesinados, “nos quedaríamos callados eternamente”. Esa es la realidad de nuestros países.

Según los medios mexicanos, usted se dejó comprar por diez mil dólares, pero no creo que usted necesite de ese dinero. En Guatemala usted también participó como Embajadora de Buena Voluntad de un gobierno de derecha, tremenda decepción para quienes esperábamos que liderara nuevas formas de hacer política, reivindicando a los Pueblos Indígenas, perseguidos y masacrados por estas mismas élites coloniales que se quieren dar aires de “democráticos”. Entiendo que en su papel de diplomática, de embajadora de la paz, usted desea promover la “reconciliación”, sin embargo, ¿Cómo quedan los juegos de poder en todo esto? Si la mediación para la paz se hace convenciendo o imponiendo al pueblo las propuestas de los poderosos, nosotros, los Pueblos, salimos perdiendo. Si es así, la paz, o no significa nada, o significa sometimiento. En la ceremonia del INE en que le dan la acreditación oficial, la presentan a usted como un símbolo de paz y concordia en el mundo[5], como quien encarna la no discriminación y la inclusión de la causa indígena en la región y en el ámbito internacional [6], como una misionera de la paz y la democracia[7]. Por esta razón hermana Rigoberta y por las razones que la llevaron a obtener su alta investidura, usted misma sabe, que las elites coloniales que nos han gobernado en Latinoamérica, muchas de las cuales se han convertido en mafias, han buscado imponer su modelo de “paz” con violencia. Así lo han denunciado quienes buscan incansablemente a los estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos.

Se preguntara usted, quizás, si es que estas líneas llegan a sus manos, quien soy yo para dirigirle estas palabras. Soy una mujer maya preocupada por la habilidad de los poderosos “intocables” para legitimarse a través de mimar a personajes, dirigentes populares, mujeres e indígenas para disimular sus formas de violencia, de opresión y de dominación contra las multitudes que estas figuras representan. Mientras como personajes podamos salir en sus fotos o decorar sus mesas, estas élites siguen comiéndose nuestras vidas, nuestros bienes y la vida de nuestros pueblos. No creo que usted ignore eso. O quizás le pasa lo que a ciertos personajes importantes, cuyos asesores solo les trasladan los mensajes que endulzan sus oídos y los adulan, evadiendo lo que el pueblo –en su heterogeneidad y complejidad- piensa.

Me solidarizo con las familias de los hermanos estudiantes desaparecidos y con quienes siguen incansables en la lucha por tenerlos de vuelta y con vida. Mi admiración por el pueblo mexicano -indígenas y mestizos, mujeres y hombres- que no se doblega ante la violencia ejercida desde el poder. Nuestros países viven problemáticas parecidas porque el capitalismo, el colonialismo, el patriarcado y el neoliberalismo traspasan fronteras; los poderes que pretenden dominarnos tienen características transnacionales y hay elites económicas concretas que se benefician de ello. Coincidimos en la realidad que vivimos y en las reivindicaciones que tenemos, por esto, no comparto la defensa de ningún nacionalismo a ultranza, porque mientras nos dividimos defendiendo una patria que nos es ajena, hay un poder trasnacional que está comiéndonos.   

Por eso, mi indignación no es solo hacia lo que usted dijo hermana Rigoberta. Con gran tristeza veo cómo sus cuestionadas palabras, han sido la excusa perfecta para revivir el racismo hacia los rostros morenos, las facciones, los cuerpos indígenas y contra la supuesta ignorancia de los iletrados. Las expresiones que escuchamos hace veintitrés años cuando recibió el Premio Nobel de la Paz, afloran, con gran parecido a aquel tiempo. ¿Habrá necesidad de tanto racismo y xenofobia para mostrar indignación? Es curioso cómo hay gente que condena una injusticia sobre la base de cometer otra. Ha sido tan condenable la actitud del señor Lorenzo Córdova, pero en los comentarios contra la Sra. Menchú, abundan sus clones. ¿Cómo se puede defender a los estudiantes de Ayotzinapa, muchos de ellos indígenas, burlándose y degradando a los indígenas en la figura de la Sra. Menchú? No cabe duda que a tanta gente en nuestros países, los espejos les siguen mintiendo o quizás se los hayan escondido para que no se atrevan a ver sus rostros y recordar su historia. Si hubiera sido un hombre blanco el causante de la polémica, se estuvieran discutiendo sus palabras, pero como es una india, se ataca su cuerpo. No es necesario usar el racismo, la xenofobia y el rancio nacionalismo para desaprobar con contundencia, lo que la Sra. Menchú ha dicho y avalado. Pienso, si así con esa fuerza –más no con ese contenido- se cuestionara a quienes nos pretenden gobernar, México no tendría un Enrique Peña Nieto de presidente ni Guatemala a un Otto Pérez Molina, con todas sus réplicas locales.

Como le es muy conocido, hermana Rigoberta, a una persona indígena, principalmente mujer, un error, le cuesta cien veces más que a un blanco dominante en estos países donde el racismo-sexismo colonial, siguen siendo una realidad cotidiana. Pero me pregunto si lo dicho por usted en México es o no una equivocación. Porque puede ser que su posición haya sido deliberada por las razones que fueran. Si esto es así, podría interpretarse que ha decidido no simbolizar a quienes cuestionamos los poderes gubernamentales coloniales y capitalistas, esos mismos que nos han despojado a lo largo de la historia y siguen haciéndolo. Personalmente deseo que haya sido un error que merece una disculpa pública, como lo está esperando tanta gente, que sigue confiando en su independencia.

Escribí esta carta, además, impresionada por el racismo y xenofobia que todo esto desató. Frente a ello, me pregunto cómo las personas y los Pueblos Indígenas enfrentamos estos crueles ataques. Y si hay algo que a muchos no nos han podido quitar, es la dignidad. No nos hemos doblegado y seguimos caminando con la esperanza de encontrar un nuevo amanecer para todos los Pueblos, pero eso solo lo lograremos siendo libres y autónomos, nunca bajo la bota de los poderosos. Hermana Rigoberta, me atrevo a decir que los Pueblos la necesitan más que los poderosos, pero la necesitan como a una más, para seguir labrando el presente y el futuro en colectivo.  

Guatemala, 1 de junio del 2015.




[1] Maya Kaqchikel de Guatemala.
[2] https://www.youtube.com/watch?v=Lbrxuev0t-0
[3] https://www.youtube.com/watch?v=_WoPIF-BS90
[4] “…Ya les di asesoría a los de los pueblos indígenas cabrón (risas). No, hay que escribir unas crónicas marcianas desde el INE cabrón (risas) No, no exactamente, Ray Bradbuy Reloaded (escritor de crónicas marcianas)… desde las dramáticas reuniones con los padres de Ayotzinapa hasta, este cabrón, que no mames, no voy a mentir te voy a decir como hablaba ese cabrón “yo jefe gran Nación Chichimeca, vengo Guanajuato, yo decir a ti, o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones”…le faltó decir “yo gran jefe Toro Sentado vive gran nación Chichimeca…No mames cabrón, está de pánico… o acabamos muy divertidos o acabamos con siquiatra de aquí cabrón... https://www.youtube.com/watch?v=YXtkGI3byAI.
[5] https://www.youtube.com/watch?v=Wqik-OQjyXg
[6] Ibíd.
[7] Ibíd.